viernes, 21 de noviembre de 2008

"Por nuestra seguridad"

Se pelean por ver quién levanta más tierra, ahí, en el centro de Boulogne. La construcción de un túnel que pasará debajo de la estación es un viejo proyecto que recién se puso en marcha hace dos meses.

El cabo Gerbaudo bosteza, mira su celular, mientras se recuesta contra la pared de “Casa Marquez”. En seguida, se incorpora, vuelve a su tarea, ojea mi vestimenta y pierde su atención en el aparatito que comienza a sonar. Gente sobra, van y vienen, algunos de sus trabajos, otros de la escuela. En medio de este circo, el anfitrión asoma, se yergue el gigante, un cartel lo anunciaba hacía ya varias cuadras: “Frávega, primeros siempre.”

Desde la puerta principal, entre televisores, cocinas y lavarropas, se cuentan diez empleados y un guardia de seguridad. El local es grande, en forma de L. En la parte que no se ve están las cajas y el sector de créditos.
-¿Querés ver algo?
-Sí, me gustaría que me muestres esta laptop –señalo-, ésa, la que vale 2399 pesos.
La reviso, la toco, leo sus características: “Acer, Centron, 160 gigas, etc.”
-La quiero comprar.
-¿Cómo la pagás?
-Ah, yo quería averiguar acerca de los planes de financiación que me dijeron que otorgaban acá.
-Sí, si, hiciste bien, seguime.- Mientras me lleva al sector oculto del local, explica los requisitos con el tono del tío que da un consejo al sobrino tomándolo del hombro- Precisás recibo de sueldo, documento, después una firma y que pongas la huella digital, quedate tranqui, es papelerío nomás.
-¿Mi huella? – saco su mano de mi hombro.
-Claro, pero es formalismo, no te preocupes, hace cuatro años que lo hacemos.

Intento seguir con preguntas pero el muchacho ya me depositó en el sector de créditos. Frente a mí, Carolina, una morocha de cejas robustas y boca grande, exige, sin paciencia ni saludo previo.
-¿Tenés el documento, fotocopia y recibo de sueldo con más de tres meses de antigüedad?
-Traje todo menos la fotocopia.
-No importa, la hacemos acá.
-Bueno, gracias.

Saca tres formularios que apoya sobre el escritorio, me dice que debo completarlos con mis datos, mis enfermedades, mis gastos y hasta mis vicios.
-¿Para qué quieren saber si tuve alguna enfermedad?
-¿Ya completaste el formulario?- Desoyendo mi pregunta.
-Te pregunté algo.
-Sí, es puro formalismo, si vos no tenés ningún problema completá y listo. ¿Ya terminaste?
-Sí.
-Bueno, ahora firmá acá, acá y acá. Ahora voy a necesitar que apoyes el dedo en el cuadrado este –desliza un cuadrado parecido al lector de la notebook para el mouse- y terminamos.
-¿Cómo? No, pero para qué es esto. Subo el tono y noto que detrás de mí aparece el chico que me había atendido: “No te preocupes, es por tu seguridad, para que no te falseen los datos”.
-¡Basta de decirme que no me preocupe, lo único que hago es preocuparme!!! ¿Mi seguridad? Prefiero elegir yo lo que es seguro o no para mí.
-Mirá -explica con tono más calmo y por primera vez más amistoso Carolina-, te conviene sacar el crédito ahora porque con el quilombo de la crisis parece que lo sacan la semana que viene. Sino está bien, a mí no me cambia nada.
-Yo no tengo nada en contra tuyo, pero quiero hablar con alguien más. ¿Está el gerente?
-Está ocupado.
-¿Qué hacen con los datos?
-No te puedo decir esa información.

El gerente seguiría ocupado por tres visitas más, al parecer tiene mucho trabajo en un local en el que sólo hay más de dos o tres clientes los fines de semana. Pese a esto un gerente de Garbarino, otra empresa de venta de electrodomésticos que no utiliza el sistema, explicó que se recurre a la huella digital para saber los antecedentes y deudas del tomador del crédito. El lector está conectado con la central de policía de la zona y con el Veraz (sistema de datos sobre deudores) y de allí se envía y recibe información sobre los clientes.

Sin embargo, parece que este sistema de “seguimiento” de los clientes, es desconocido para los bajos mandos de la policía. Un cabo de la Policía de la Provincia asegura no estar enterado y que el sistema utilizado por ellos aún es el del viejo pianito, donde se pasa el dedo por un tintero y queda la huella de todos los dedos de las manos.

Una vez más el poder del capital, el poder empresario, está a la vanguardia del aparato estatal. De dónde viene la autorización para Frávega, si es que existe, nadie sabe. En la Municipalidad de San Isidro abunda la burocracia pero no las respuestas. Al igual que el gerente, el intendente está siempre “ocupado”, claro, como me dijo una empleada de la recepción del municipio, “está resolviendo los problemas de la gente”.



IVO

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Te amo mi periodista preferido

Sol

Anónimo dijo...

GRAN TEXTO, ME GUSTÓ MUCHO...

EL COLO